viernes, 5 de agosto de 2016

LOS COLECCIONISTAS DE GATOS

Hace unos meses publiqué en la editorial Animallibres de Barcelona Els col.leccionistes de gats, versión catalana del original castellano Los coleccionistas de gatos, que anda en busca de editor. Se trata de la tercera entrega de una serie policiaca al estilo de aquellas aventuras de la mano negra que tuvieron tanto éxito.
Los protagonistas son dos niños y una niña, Los Tres Ases, cuyos apellidos parecen sacados de la baraja. Sergio Espada, tozudo y obstinado; cuando algo le importa de verdad, nunca lo da por perdido. Roberto Bastos es cauteloso. Ese rasgo de su carácter no es cobardía sino señal de sensata inteligencia. Asun Oro, la más atrevida, es capaz de embarcarse en cualquier aventura sin mirar los peligros. Para completar la baraja faltaría un Copas pero lo descarté ya de entrada para que nadie viera en el personaje una exaltación del botellón y porque prefería un número impar de protagonistas.  
Los tres jóvenes detectives reciben el encargo de investigar la desaparición de un gato de Angora y, después, la de una gata de Bengala. La desaparición de estos preciosos animales domésticos coincide con el robo de esculturas de gatos de porcelana y oro en unos almacenes de lujo de la misma ciudad de Molinars. A estos casos, siguen otros dos de características semejantes. ¡Un auténtico quebradero de cabeza para la policía!
Los tres detectives tendrán que enfrentarse a una organización que, por algún misterioso motivo, está interesada en apoderarse de gatos. El lector podrá seguir sus aventuras en cuatro episodios que esconden el mismo misterio en circunstancias totalmente diferentes. Poco a poco los detectives irán cercando a la peligrosa organización responsable de esos curiosos delitos.
Cara relato está dividido en cortos capítulos que acaban con una pregunta al lector. De esta manera, éste también se convierte en detective. La respuesta a la pregunta no siempre está en lo narrado; a veces se encuentra en escurridizos detalles que aparecen en las ilustraciones.
De esta manera, el lector no sólo ha de enfrentarse a un texto que le puede despistar sino que debe ser un agudo observador. La diversión está servida. A la satisfacción que procede del placer de la lectura se añade la que se experimenta después de haber hecho un descubrimiento que supone una cierta agudeza mental. Finalmente se sabe quiénes son los coleccionista de gatos.

Los dos libros anteriores en Animallibres fueron El parc de la Casa Tenebrosa (Algar ya publicó el original en castellano bajo el título El parque de la Casa Tenebrosa) y Moguda al cementiri. La experiencia ha demostrado que son historias que intrigan sobre todo a lectores de 10 u 11 años.