Durante mucho tiempo esa fue una creencia generalizada. Aun
actualmente ciertas pedagogías son de esa opinión o al menos actúan como si
pensaran así. La derrota de laS humanidades frente a los saberes funcionales es
resultado de esta dinámica.
Neil Gaiman cuenta que en 2007 asistió a la primera
convención que se hacía en China sobre ciencia ficción y fantasía. Se hizo
porque ciertos sectores chinos se preguntaban cómo era que ellos eran
excelentes fabricantes de cualquier tipo de objetos pero los proyectos tenían
que buscarlos fuera. Sospechaban que no tenían suficientes innovadores porque
no cultivaban la fantasía. Era como si no supieran imaginar.
En la misma línea de búsqueda de la razón de la escasez de innovadores,
una delegación china había pasado poco antes por las grandes empresas de
innovación de Estados Unidos, Apple, Microsoft, Google… y allí comprobaron que
los creadores que trabajaban allí habían sido lectores de ficción y de ciencia
ficción cuando eran niños y adolescentes.
Toda la literatura es un gran simulador. Frente a lo que cualquier
lector tiene oportunidad de vivir, las historias que lee van muchísimo más
lejos. Las narraciones simulan otras formas de vivir, de actuar, de
relacionarse. En definitiva crean otros mundos. Evidentemente adentrarse en
ellos, explorarlos, es una gran fuente de placer; por eso los jóvenes, cuando
descubren la literatura, leen mucho y lo hacen por placer. A nadie le obligan
siendo joven a imaginar.
Pero ¿dónde tenemos el gran laboratorio que contiene la
obras de ficción? En la bibliotecas. Por eso son tan necesarias las
bibliotecas. Estas no son un refugio de ociosos, un lugar de escapismo, de pérdida
de tiempo o un refugio para no afrontar la dureza de la vida. La bibliotecas,
si están vivas, son un gran laboratorio para alcanzar una vida creativa. La
sociedad las ha de mimar porque allí está el vivero de los que harán posible hallar
soluciones futuras para una vida que se complica y que por tanto necesita
soluciones nuevas. Bibliotecas vivas para una vida ciudadana creativa.
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