sábado, 11 de julio de 2015

PSICOPOLÍTICA

Las circunstancias o mi incapacidad para seducir a personas para que me acompañaran en un proyecto de lectura de libros de ensayo hizo que este tardara en cuajar.
Pero ya hace seis años, después de tres intentos fracasados, comencé a animar en Molins de Rei, el pueblo de 25.000 habitantes donde vivo,  una tertulia de ensayo. Yo necesitaba leer a pensadores que iluminan este momento histórico. Solo allí uno puede alcanzar una visión de medio o largo alcance capaz de sopesar con cierta lucidez los acontecimientos que vivimos y los que se avecinan. El foco sobre la realidad que pone cada día la prensa, aunque sea variada y crítica está tan pendiente de la inmediatez que no permite ver el conjunto.
Son bastantes las personas que se hacen este planteamiento. El problema es encontrar la manera de aunarlas y de esa decisión con continuidad.
Lancé la idea por correo electrónico a unas cincuenta personas conocidas que imaginaba lectoras, las animé a leer un libro y las convoqué a comentarlo. Así empezamos. Primero en una prometedora librería, que tuvo que cerrar, y después en la biblioteca cuya bibliotecaria, Montse Vega, se implicó en el proyecto desde el principio. En seis años hemos leído medio centenar de libros de los que otean el horizonte de la sensibilidad y del pensamiento moderno: libros de sociología, pensamiento, psicología, neurología y ciencia en general… Muchos de ellos son los títulos que citan a menudo los columnistas de los grandes diarios, creadores de opinión, para hacer su diagnóstico de la realidad.
El último que hemos comentado, el 30 del pasado mes de junio ha sido Psicopolítica, del filósofo coreano Byung-Chul Han que, como se sabe, escribe en alemán. Sus breves libros los está traduciendo sistemáticamente Herder a medida que crece el interés por el pensamiento de este autor.
Según Han, inmersos en este universo de la economía y del pensamiento neoliberal, creemos que no somos sujetos sometidos (sujeto es estar sometido) sino personas que miramos al futuro con un proyecto libre. Pues bien, según él, resulta que el autónomo, el empresario de sí mismo, se explota más a sí mismo que los que estaban sometidos a la presión de deber que emanaba de otros. La sociedad de la transparencia, lograda por seducción, está aportando tantos datos sobre la psique colectiva que, ese conocimiento que se acumula a base del cruce de informaciones -los Big Data- permite penetrar incluso en el subconsciente de las personas y dominarlas sin que ellas lo adviertan. Creyendo incluso que estamos realizando el gran relato de nosotros mismos y de nuestra colectividad, de hecho estamos siguiendo en gran medida el dictado de otros.
Este interés por el pensamiento ¿cómo se compagina con escribir para niños? No es que tenga dos vidas mentales. Simplemente pienso que esta literatura, si es consciente, a pesar de su aparente ingenuidad, no ha de estar al margen del pensamiento. El esfuerzo por tener una cosmovisión lo más lúcida y completa posible de nuestro mundo siempre será una base para escribir aunque eso no decida el nivel artístico que uno logra.

El acierto en la creación de estos relatos, su valor literario, la capacidad de emocionar y de comunicar no depende del esfuerzo por analizar el mundo en el que crecen los niños, pero estoy seguro que esto no juega en su contra. Por desgracia, muy a menudo el contenido de los textos de éxito es de una desesperante banalización. Aunque el conocimiento del pensamiento moderno no va a avalar un texto literario, estoy seguro que no lo va a empobrecer. En definitiva, me gusta implicarme en los dos campos que  no están tan alejados como puede parecer. Por eso estoy muy agradecido a los contertulios que me acompañan en esta aventura de lecturas de pensamiento. 

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