jueves, 20 de noviembre de 2014

LA LECTURA, PRÁCTICA INICIÁTICA

Los textos literarios han acumulado valiosísima experiencia social que merece ser preservada y trasmitida. Cada vez que se lee un texto que la contenga esa experiencia naturalmente se trasmite. En la historia hay muchos ejemplos de esto. El poeta ruso Ossip Mandelstam muere en un campo de concentración de Siberia en tiempos de Stalin. En sus últimos días se consuela leyendo a Virgilio a sus compañeros de trágico exilio. En el Che Guevara esta es una pretensión buscada conscientemente. Procedente de una familia burguesa, se esfuerza por convertirse en un sujeto revolucionario, pero previamente busca un nuevo sujeto. Los trazos de personalidad que trata de poseer los busca en los libros. La lectura siempre le acompaña en esa metamorfosis. Incluso la anima. Estando en Sierra Maestra sometido a ataques de asma reclama un inhalador y un libro. Los dos sirven para lo mismo, para reanimar el cuerpo o el espíritu. Lo que el lector descubre en los libros son modelos para su iniciación. O sea, la lectura es una práctica iniciática.

miércoles, 5 de noviembre de 2014

CÓMO LEE EL MAL LECTOR

He acabado de releer un libro sobre la lectura, La experiencia de leer (Alba Editorial), del crítico y autor de Crónicas de Narnia, C.S. Lewis, que ya me resultó un poco embarazoso la primer vez que lo leí pero en el que he vuelto a encontrar observaciones muy atinadas. Me limito a copiar su descripción de "cómo lee el mal lector" porque señala algunas ideas que han de ser tenidas en cuenta por toda pedagogía de la lectura. “1 Nunca, salvo por obligación, leen textos que no sean narrativos. No quiero decir que todos lean obras de narrativa. Los peores lectores son aquellos que viven pegados “a las noticias”. (…) 2 No tienen oído. Solo leen con los ojos. Son incapaces de distinguir entre las más horribles cacofonías y los más perfectos ejemplos de ritmo y melodía vocálica. (…) 3 Su inconsciencia no se limita al oído. Tampoco son sensibles al estilo. (…) 4 Les gustan las narraciones en las que el elemento verbal se reduce al mínimo: «tiras» donde la historia se cuenta en imágenes, o filmes con el menor diálogo posible. 5 Lo que piden son narraciones de ritmo rápido. Siempre debe estar «sucediendo» algo. Sus críticas más comunes se refieren a la «lentitud», al «detallismo», etc, de las obras que rechazan. No es fácil descubrir el origen de todo esto. Así como el oyente que no sabe escuchar música solo se interesa por la melodía, el lector sin sensibilidad literaria solo se interesa por los hechos.”